Thursday 3 November 2011

Princess or Practicality?

Ayer leí en Harper's Bazaar, que vuelve a ser mi revista favorita, sobre todo porque es grande y las revistas grandes son lo mejor, un artículo muy interesante donde se mostraban dos looks de la pasarela de esta temporada completamente opuestos, de marcas que generalmente tienen visiones inequívocamente antagónicas. El artículo se llamaba "Mujer contra Mujer", ya que se reflejaban dos imágenes, una de Alexander McQueen y otra de Céline: (fotos de http://www.elle.com/)
El tema central del articulo era "Romanticismo versus Realidad, ¿Qué busca la mujer actual? ¿Prendas que le faciliten la vida u otras que la coronen como princesa de cuento?" Yo siempre he pensado que preferiría vivir en el siglo XVIII y embutirme en incómodos pero preciosos corsés y andar en tacones de 25 centímetros hasta al súper y, básicamente, vivir una vida à la María Antonieta en temas de vestimenta. Todo porque es precioso. Sin embargo, últimamente me he vuelto más sosa, aunque, para qué mentir, más realista. Voy a clase en leggings y camisas enormes y cárdigans de abuelo (muy noventero jajaja) y aunque tengo intención de comprarme un corsé, no pienso comprarme uno que me cambie los órganos de sitio y no, no me voy a gastar miles de euros en un vestido que aunque me haga parecer más guapa que Aurora en la Bella Durmiente, no me sirve para hacer patrones en el suelo de mi cuarto. Sí que me gastaría miles de euros (si los tuviera, claro está... digamos 100 € en proporción jajaja) en esos pantalones de Cèline que veis arriba, porque parece que van a durar toda la vida, quedan fenomenal y la verdad es que van con todo. 

Sarah Burton, la diseñadora actual de Alexander McQueen, creó la colección a la que pertenece el vestido que os muestro, pero, como dice el artículo de Bazaar, "Nadie va a comprarlo porque no está a la venta y, sobre todo, porque no resulta el atuendo más cómodo del mundo- además de exigir 1.70 de estatura y entrar en una talla 36." Con eso os digo todo. Ni siquiera está a la venta.

Por mucho que hayamos soñado de pequeñas que, cuando seamos ricas y famosas, nos compraríamos un armario lleno de ropa que se pondría nuestra princesa de cuento favorita, yo creo que con los años esto cambia y preferimos invertir en prendas que sean bonitas pero prácticas, sobre todo en esta crisis. Nuestra idea de la moda cambia, así como lo que significa la ropa para nosotros, en épocas donde, al menos en mi caso, tengo cada vez menos dinero para gastarme en unos tacones de Zara de 90€, pero me gastaría 100 en unos que sé que no se me van a romper, rasgar o arañar nada más salir de casa. Creo que hoy en día es la calidad de un objeto lo que nos atrae más a ello, por mucho que en un primer momento sea lo estético; si no dura, no vale.

 Personalmente, me compraré vestidos de Alicia en el País de las Maravillas si los veo en H&M por 20€, pero no creo que llegue a gastarme 50.000€ jamás por uno de McQueen. Si lo piensas, ese momento maravilloso cuando te pones una prenda de ensueño que (casi) nadie tiene es inimitable, increíble e inolvidable, pero, ¿qué ocurre cuando el momento desaparece; cuando los Oscar han acabado y los trajes de Alta Costura de Chanel se van al armario de vestidos que nunca más te pondrás? Porque no te lo vas a poner para llevar a tus hijos al colegio y NO te lo pondrás para los Oscar del año que viene. En estos momentos la moda me abruma por su corta vida... en la vida de la gente; al mismo tiempo admiro que una prenda sea llevada en un momento específico y nunca más, como un portador de recuerdos físico, y me entristece pensar que algo tan maravilloso aún incómodo como ese vestido de McQueen no será dado la vida que merece por su belleza, diseño y concepto.

Este es el amor-odio que siento por la futilidad de la moda. Sé que preferiría ser Rapunzel, pero me quedaré con Cèline para que pueda ir por la calle tranquilamente pensando que la cola de mi traje no se va a pegar a un chicle en el suelo y que voy bien vestida, aunque muchísimo más simple.

Mua x

2 comments:

  1. ME ENCANTA y tienes razon, jopetas, que triste. Yo quiero también mi vestido de princesa, bueno mas de uno... Pero aun así, si, cuando voy a comprar pienso antes en un jersey bonito que me abrigue. Que jefa eres Barbus jajaj

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